Trocearlas, agitarlas. Hacer una ensalada. Vomitar primero, sino no tenemos condimentos.
Las inseguridades, los miedos, los recuerdos, todo lo que escribimos en antaño. Primero a la plancha, luego aliñado. Lo metemos 30 minutos en la nevera, para que repose y coja sabor. Sacar, mezclar, servir. Tu culpa y la mía mezclada sin reservas.
Oler, imaginar. Sentirlo todo de nuevo.
Tirarlo a la basura.
Sin pensarlo dos veces. Apretando los ojos.
A vivir.
A vivir de nuevo.