viernes, 29 de enero de 2016

#07 (Back to the Future)


El sacrificio es una opción voluntaria. Nadie te dice qué tienes que hacer ni qué tienes que decir. Sale de la voluntad de la propia persona. Y nadie dijo que el camino fuera fácil. El sacrificio trae consigo un dolor intenso, que siempre puedes renunciar a él, pero que nunca llegas a hacerlo, por muy doloroso que pueda resultar.

Una voluntad de estas características, hace que la misma acción sea intensa. Verdadera. Esencialmente pasional. La emoción que une la ejecución de esta conducta, es simplemente hermosa. Es un sentimiento de amor puro, que hace al sujeto emisor disfrutar, incluso, con su única conducta.

Cuando se habla de placer en este caso, queda descatalogada por excelencia la tipología morbosa. El placer que acompaña al sacrificio, siempre será de lo más extraño para la mayoría de los seres humanos. Se trata de algo puramente altruista que, ningún psicólogo de corte evolutivo, podría dar explicación alguna utilizando toda su batería teórica neodarwinista.

El tema es así de simple. Así de único y exclusivamente propio. No elabores más conspiraciones contra él. Las murallas ya han sido levantadas.